Tuesday, June 19, 2012

Resistencia y aceptación


Tenían que pasar varios meses, muchas ausencias y largas esperas para entender cómo el corazón comanda el pensamiento sin que ninguna lógica pueda intervenir aunque lo intente y tercamente insista en ser, por sobre todo, “racional”.
Todo cargado de egos, de un yo insistente que se resiste a la verdad, de un montón de pequeños momentos y grandes demostraciones de orgullo inútil pensando que la última palabra tiene un tufillo de superioridad porque insiste en el sí mismo más que en los sentimientos que ya comienzan a aflorar y, de paso, niegan esconderse por un minuto más. Una cierta comodidad en la inercia del día a día parecía tan natural, mientras el corazón y el cuerpo comienzan a somatizar, hablan por si solos, el dolor es casi suicida, no soy yo, no es mi alma, es simplemente el cuerpo que habla su verdad y remarca definitivamente dónde quiere estar: -¡Ey! Sí, a tu lado, para que lo voy a negar-.
Seguir resistiéndose al menospreciado amor es algo inútil, muchas palabras, muchas condiciones aparentes para evitar llegar al punto de lo evidente, ahora no soy yo , somos nosotros, aunque en plena libertad la unión encadena  con algodón de azúcar nuestras almas, desde tiempos inmemoriales hacia futuros desconocidos, pero muy…muy…muy unidos.
Entonces comienzo a ser sincera conmigo y con los otros, no hay más que aceptar que la vida está llena de cambios, que vamos girando en este carro de la vida, que nos hemos encontrado y perdido millones de veces, pero, ahora, no nos volveremos a separar.

Friday, April 20, 2012

Lo divino y humano


Ya está, llegaron. Te miras al espejo y ahí están…40 años, completos, con todas las cosas que implica, que se te cae el poto, las tetas, la celulitis brota por todas partes y te rellena la silueta, las canas ya son imposibles de esconder - y cuando digo imposible es que es im-po-si-ble -, y si hasta la señora de las cuatro décadas parece que no eres tú…es decir, no soy yo… Excepto si aparece el 10 años menor.
Y con todo eso uno agradece a santa tintura y santa crema reductora por todos los favores concedidos, especialmente cuando te dicen…”noooooooooooooo, me estay webeando, si tení unos 30”…y uno ya prende velitas a las máscaras que esconden la realidad…o queda con la duda si están siendo sinceros contigo o mienten descaradamente para hacerte sentir bien. No importa, aquí estamos, con todo, con una vida pasada, con un presente que explota divinamente, con la sonrisa a flor de piel porque es obvio, la vida, en sí misma, es más que digna de ser experimentada.
Y a la hora de hacer el recuento de la propia humanidad no quiero ser latera… he vivido, disfrutado, llorado hasta que se caen los mocos, reí hasta que dolía el estómago y tomé … bueno, sigo haciéndolo, ya es endémico. ¡Ah! Y he amado intensamente, como te amo a ti en este minuto ;)
Hasta que aprendí que con todo se ha ido construyendo mi yo…dulce vida entre amigas maravillosas, familia especial, amores imperfectos y profesiones diferentes que desembocaron en un servicio que hace tres años jamás imaginé, pero que hoy se proyecta en mi futuro.
Supongo que hay mil cosas pendientes, hay sueños por construir, caminos que recorrer, porrazos que darse y, como siempre, volver a caminar. Porque la vida tiene esos vaivenes y con todo vamos para adelante, aunque a veces cueste lágrimas y sangre, vamos, sin lugar a dudas, hacia alguna parte.
Y con todo, solo me queda decirles, ¡estoy en mis divinos 40!

Saturday, April 07, 2012

Gracias a la vida





 
Un par de semanas atrás tuve un tremendo Deja Vú asociado con aquella canción de la Violeta que titula esta entrada del blog, un día en Villa Grimaldi, otro día en un lugar cualquiera escuchando radio me pareció suficiente como para detenerme a pensar... Y recordé viejos momentos, algunos muy sufridos, otros más felices e incluso vivencias de apariencia insignificante rondaron mi cabeza. Me pregunté por qué llegaba ahora esta canción y caí en cuenta que es tanto tanto tanto lo que debo agradecer que una canción mil veces repetida no alcanza a representar todo lo que me ha sucedido de un tiempo a esta parte. Se llena el pecho de alegría, mi corazón late fuerte y, como siempre, me recuerda la fragilidad de las personas. El aliento de otras vidas a mi alrededor alimentan esta sensación de plenitud…entonces, sonrío…entonces, soy feliz…y obviamente doy gracias a la vida!!!!

Monday, March 26, 2012

Constructores de realidad


Normalmente vamos navegando por las corrientes de la vida y nos dejamos llevar por el destino sin preguntarnos muchas cosas, dejando que todo ocurra, siguiendo los acontecimientos tal y como suceden sin cuestionarnos el porqué de ellos.
Pero existen, al menos, modos distintos de enfrentar las olas. Están aquellos que dejan que las cosas pasen y se quedan en la eterna espera de un destino agorero que no siempre tiene los resultados que se soñaron,  la realidad se les presenta de sorpresa y mansamente se los lleva la corriente mientras todo cae sobre sus cabezas…soñar tanto y mantenerse inmóvil parece no ser la actitud para la vida…tampoco lo es esperar que otros hagan realidad tus sueños.
Por otro lado, están los que se mueven y hacen que las situaciones ocurran, no esperan, van en contra de la corriente haciendo caso omiso a los mensajes del destino que desea enjaularnos en la rutina de una construcción que no desean vivir. Ellos son los magos de la realidad que conquistan el mundo cambiando la dirección de los vientos en su propia vida y, probablemente, de muchos más. Son estos seres los que construyen con sus sueños realidades que no caben en palabras, momentos que no se pueden pronunciar y elaboran por si mismos universos múltiples que se llegan a palpar.
Ambas formas tienen sus ventajas dependiendo del momento de la vida en el cual nos encontremos. A veces es bueno dejarse llevar como un volantín en el aire, pero otras, sin dudas, es mucho mejor movilizarse y luchar por nuestra felicidad.

Sunday, February 19, 2012

Mirando al Sur



¡No vuelvo más! ¡Quiero vivir aquí!...
Eso digo en todas las paradas que hago.  Cada lugar exacerba mi estado de encanto y enamoramiento donde árboles, playas, gotas de lluvia e inmensos paisajes saturan mi espíritu  e invitan a quedarse…a quedarme. Y siempre me parece fácil, siempre uno quiere un poco más dejando volar la imaginación proyectando futuros posibles, imaginarios maravillosos de realidades alternativas a la vida cotidiana de la ciudad, al día a día en el que no estamos de vacaciones ni dejamos a nuestros demonios escapar.
Trato de explicarme este encanto y sólo me quedo con la idea en la cual rara vez he sentido las distancias como tales, entonces, cada vez que cierro mis ojos todas las conexiones del alma permanecen intactas y sostienen mi caminar en cada paso que pudiese tambalear.
El cambio es también un deseo permanente de lo diferente, no sólo porque uno se deja a sí mismo en la ciudad y se mira en perspectiva, si no porque al hacerlo, algunas veces, uno llega a despreciarse profundamente y odia esa vida citadina de la que no queremos ni hablar. Aunque, en mi caso, nunca he sido muy de ciudad… He estado en este mundo más amoroso que enamora hasta la médula.
Al observarse las cosas se ponen en perspectiva, - ya alguien habló de eso-, uno quiere borrar las distancias y tener todo aquí, muy cerca del corazón, pero, al menos yo, llego a la conclusión de que me gusta mi vida, me gusta ser quien soy amando profunda e intensamente y eso me hace inmensamente feliz. Por eso viajar es ser uno mismo sin ataduras, sin miedos y sin responsabilidades, es una forma escurridiza en que huimos de las responsabilidades de los grandes, especialmente cuando se deben tomar decisiones ante las cuales me declaro absolutamente incompetente porque, tal como García Lorca, siento que habita un duende en mi espíritu y me gusta ser la niña que soy.

Sunday, February 12, 2012

OKúpate


Llegaron a mis oídos historias de vidas milenarias que se reflejan en la mirada, historias de tristezas, de pasos que dan por torcer el destino, gente que quiere ser por sobre el parecer, quiere vivir más que sobrevivir frente a la guadaña del mercado y que luchan por demostrarse a sí mismos que se puede, que ocupados se está más vivo, que el acto manifiesto de la vida está en todo, en el arte, en la voluntad de cambio y en la cooperación con el otro. Más que respirar es demostrar que todos estamos vivos…acto mínimo de hacer realidad los sueños que nos rondan en noches insomnes en los cuales queremos cambiar la rutinaria realidad… por eso, y casi sin palabras se escuchan sus palabras en mi alma recitando: Ocúpate del amor, de la vida, de los pasos  que das e incluso del aire que respiras. Ocúpate en todo momento porque el arte, los colores y las palabras dejan huellas en alguna esquina. Haz tu manifiesto con pasión porque llega a ser tu guía.
Mis sentidos están atentos a cada pequeño estímulo que traen las nuevas experiencias porque con ellas yo me incendio, me enamoro de todo, me desilusiono y también lloro, por eso, también me ocupo y ya no me pre-ocupo.

Saturday, February 04, 2012

Aparición de Cronopios


Estaba siguiéndome, estoy segura…Hoy se hizo presente después de mucho tiempo y parece ser que el mismísimo Cortázar colocó uno de sus libros en mis manos. Entonces, volvió – como siempre retorna – la total y absoluta fascinación…Dulces cronopios, melosa realidad tan irreal.
Despierta entonces la cronopio que vive en mí, el caos tan distinto de los famas se hace presente, el paseo bonaerense con gusto a cerveza trasandina como si recordara y pudiera respirar algo  nunca experimentado en carne y hueso, pero, tal como cronopios cronopios, los saco de mi sombrero de maga y estoy en ese otro lugar. Inspiro y me hago grande, la magia de pacotilla pasa a mostrar a la gran Viviana, vieja amiga de Merlín que, por hoy, no viene al caso mencionar.
Seres aparecen, se quedan, me envuelven y como quiero disfrutar voy a darme el gusto de citar al autor que hoy trajo sus textos a mis ojos y se quedó hasta en la médula:
Los cronopios, en cambio, esos seres desordenados y tibios, dejan sueltos los recuerdos por la casa, entre alegres gritos, y ellos andan por el medio y cuando pasa corriendo uno, lo acarician con suavidad y le dicen: “No vayas a lastimarte”. Julio Cortázar, 1962