Sunday, April 23, 2006


SOSPECHOSA DE LA NIEBLA

Sospechosa de todo y con un grave sentimiento de vacío en el alma, he tenido mil ganas de estar en otro lugar. Una extraña ausencia, un alguien que nunca ha estado presente y que probablemente nunca lo esté, me mantiene con la cabeza puesta en otra parte, pensando en las miles de veces en las cuales uno pierde, obligadamente, la inocencia. Me siento inocente mil veces y agredida por la realidad otras tantas.

Es un dolor que nace de lo más profundo, es una idea que no se puede decir, no está configurada ni trazada para ser expuesta en los muros de la ciudad...ni siquiera en los de tu pieza...menos en palabras originales que articula tu boca...estoy bajo los nubarrones, sin fecha determinada para cambiar de estación y volver a respirar la primavera.
Entonces, me mantengo en sospecha, con el deseo de ocupar un asiento de avión, de un tren o el lomo de un burro (o de una yegua, aunque para eso a veces me tengo a mi misma...bien yegua, dice mi madre) y seguir entonces el camino anhelado, aunque con la sospecha de que éste no existe y que éstas son sólo palabras perecederas en una red anárquica y desinteresada, una red de nadie y para todos, donde la humanidad no logra dar rienda suelta al salvajismo primitivo de aquello depurado que hoy llaman amor y al cual, por ahora, no le tengo la denominación pertinente que quisiera utilizar porque, simplemente, siento el alma vacía.