Llegaron a mis oídos historias de vidas milenarias que se
reflejan en la mirada, historias de tristezas, de pasos que dan por torcer el
destino, gente que quiere ser por sobre el parecer, quiere vivir más que sobrevivir
frente a la guadaña del mercado y que luchan por demostrarse a sí mismos que se
puede, que ocupados se está más vivo, que el acto manifiesto de la vida está en
todo, en el arte, en la voluntad de cambio y en la cooperación con el otro. Más
que respirar es demostrar que todos estamos vivos…acto mínimo de hacer realidad
los sueños que nos rondan en noches insomnes en los cuales queremos cambiar la
rutinaria realidad… por eso, y casi sin palabras se escuchan sus palabras en mi
alma recitando: Ocúpate del amor, de la vida, de los pasos que das e incluso del aire que respiras.
Ocúpate en todo momento porque el arte, los colores y las palabras dejan
huellas en alguna esquina. Haz tu manifiesto con pasión porque llega a ser tu
guía.
Mis sentidos están atentos a cada pequeño estímulo que traen las nuevas experiencias porque con ellas yo me incendio, me enamoro de todo, me desilusiono y
también lloro, por eso, también me ocupo y ya no me pre-ocupo.
Que razón tienes al invitarnos con tus palabras a no pre-ocuparnos. El sistema nos ha conducido diariamente a pre-ocuparnos por todo para que evitemos ocuparnos de lo importante para nuestras vidas, que es vivir plenamente, consciente de nuestros procesos y de todo lo hermoso que nos rodea, como también de lo que nos daña. Ocuparnos de amar la vida y todos sus componentes, y darnos cuenta que todos necesitamos del aire común que respiramos, incluso tu gato y mi perro.
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