Tuesday, June 19, 2012

Resistencia y aceptación


Tenían que pasar varios meses, muchas ausencias y largas esperas para entender cómo el corazón comanda el pensamiento sin que ninguna lógica pueda intervenir aunque lo intente y tercamente insista en ser, por sobre todo, “racional”.
Todo cargado de egos, de un yo insistente que se resiste a la verdad, de un montón de pequeños momentos y grandes demostraciones de orgullo inútil pensando que la última palabra tiene un tufillo de superioridad porque insiste en el sí mismo más que en los sentimientos que ya comienzan a aflorar y, de paso, niegan esconderse por un minuto más. Una cierta comodidad en la inercia del día a día parecía tan natural, mientras el corazón y el cuerpo comienzan a somatizar, hablan por si solos, el dolor es casi suicida, no soy yo, no es mi alma, es simplemente el cuerpo que habla su verdad y remarca definitivamente dónde quiere estar: -¡Ey! Sí, a tu lado, para que lo voy a negar-.
Seguir resistiéndose al menospreciado amor es algo inútil, muchas palabras, muchas condiciones aparentes para evitar llegar al punto de lo evidente, ahora no soy yo , somos nosotros, aunque en plena libertad la unión encadena  con algodón de azúcar nuestras almas, desde tiempos inmemoriales hacia futuros desconocidos, pero muy…muy…muy unidos.
Entonces comienzo a ser sincera conmigo y con los otros, no hay más que aceptar que la vida está llena de cambios, que vamos girando en este carro de la vida, que nos hemos encontrado y perdido millones de veces, pero, ahora, no nos volveremos a separar.

2 comments:

  1. Siendo la emociones y los sentimientos quienes nos mueven por la vida en una lucha constante contra la inmovilidad que suele dar la razón, finalmente triunfa el corazón que tiene razones que la razón no entiende y posee también la fuerza necesaria para movernos físicamente hacia donde está orientado nuestro destino.

    Si dos almas vuelven a encontrase, se unirán por la fuerza de la no razón que nos da nuestro corazón, la fuerza que sólo posee el, la fuerza del amor.

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  2. En el aire quedó una brisa olorosa y dolorosa de lo que no fue. Dicen que todo tiene un sentido, una razón de ser; quizás en este caso era no ser. Sin embargo porque fue, seguirá siendo en el recuerdo de un encuentro casual que pudo tener otro final.

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